Abriendo ventanas
a un cielo algo chato
"sediento" va el hombre
por la sed de otros hombres .
Que sin agua bendita
ni copa en su mano
creen dar ,
la ùltima cena.
a un cielo algo chato
"sediento" va el hombre
por la sed de otros hombres .
Que sin agua bendita
ni copa en su mano
creen dar ,
la ùltima cena.
4 comentarios:
Bueno... comentar este poema me resulta curioso... motivos que conoces. Es el peligro, sí. Creerse con el poder de algo de lo que tan sólo se es alumno. Ni qué decir que me gustó, como todo lo tuyo. Un abrazo Lorena.
Me gustó el poema, Paula. Doloroso y concreto, como el olor de la sangre.
Es un placer pasar por tu blog.
Un abrazo!
...y cuando los dedos apuntan a Mateo,
releés el cuadro
y Jesús
somos todos
o todos somos uno.
Y delante de los ojos se derrama, Dios líquido, hecho hombre, derretido de amor
por nosotros.
¿Cómo no comentar la sed que compartimos desde el principio?
Brevemente te lo digo: genia!
Descubro tu blog... y ha sido un auténtico placer.
La sed hace que el viajero del desierto siga adelante buscando un oasis.
Todos estamos sedientos... y a veces... bendita sea la sed.
Un beso.
Soledad.
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