sábado, 5 de abril de 2008

El dìa D


Surcas el alma
cuajo de sangre
miel que te salva
miel que te sabe.

Abre la llave
la puerta y tu voz
arden desnudas
la fe y la razòn.

Salpìcas la mesa
del vaso que acercas
ventanas al cielo
el eco de un Dios.

Descalzas y arrojas
mojando el mantel
la palma que alumbra
a tu resurecciòn

Y caes ,
el dìa despuès
con el gesto laxo
de un parto natural.

Una cita con la fe


Y si cruzar hoy
esta planicie
es que no puedo.
Y en otro mar ,
amar un Dios,
si es que existe
donde te veo.



Donde me encuentro?
Donde te encuentro?
A quien le cantamos?
si ya son tantos,
son tantos ,ya los dolores
son tantos ,ya los misterios.


Todo,
se nos escapa, todo
una vez màs
por nuestros puños
a otros dedos.



Y si luego tomo
de esta copa que imagino
y al vino agrego entonces
màs a mi verso
pidiò permiso.



Y si me hundo de pies
errante,
por construìrme
un paraìso
de cuatro pisos
con ventana al sol...


Que màs puedo decirte
si a mi palabra,
tambien le falta
de virgen , fèrtil
la santa tierra santa


Ante el silencio
de las ausencias
por màs ausencias.
Aquì yo estoy
detràs de tì
y antes de mì.
Sin poder alcanzarme
sin poder ........


Amigo ,que vas
en el capricho de ser
el final
despuès del final
Y a tus principios
agrego tambien.

Si por escolta

la has dejado

y sin crèdito alguno

ya te has entregado



Con tu pierna ,la espina clavada

como si no lo supieras.....amigo del alma

Ella es el eco del sonido

lo que la cuerda es a tu guitarra.

Si yo pudiera

"dàrtela"ayer

por ese momento

perdido que pisas.



Y hablando de darte

te darìa esa cita

una cita ,sin màs vueltas

una cita con la fe.