lunes, 9 de noviembre de 2009


Yo
que dejaba la letra
sedienta de mi
para arrojarte
el sentimiento estelar
y constelarte
cada parte
de mis fantasías.
Caducada muero hoy
sobre la llama ausente
que creí encendida.
.
.
.
Dos plexos
siguen las vueltas
que tus manos inútiles
dicen que no.
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.
.
.
.
Al salitre
entregada estaba
donde el confín de los hábitos
pero sin hábito alguno
donde el ritual
pero sin más ritual
que lo necesario
se nos presente
en el paisaje de lo absoluto.
.
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.
Pero no.
Si te escucho decir
me llamas locura.
.
.
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¿Cómo dibujarte el ala mayor?
.
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Si la espina
sobra las veces
que la noche se aleja
contando tus lenguas
.
.
.
y yo
.
.
.
y yo creo
voy a despertar.