
lunes, 18 de enero de 2010
martes, 12 de enero de 2010
Primera parte
Entre las mantas de la sabiduría
un hombre teje en color sepia
los recuerdos y un néctar cristalino
siempre hubo lugar hacia la cumbre
sus buenas costumbres
y un único dios.
Entre las mantas de la sabiduría
un hombre en silencio va de bueyes
a la sombra de un árbol que yace
en su labor más divina
la tierra y sus pies.
Sien , que atrapas la memoria
contando las gotas que un día quisieron
penetrar en los cuerpos y las mentes de aquellos
que con almas distantes escondían su roca.
Va con ellos un canto y la tácita idea
la discordia , desazón
y aquel lirio en el templo
aludiendo a la paz que no encuentran aquellos mortales
alusiva toda obra del hombre para el único hombre
Segunda parte
Y en el entrecejo de las cuestiones
una mujer habita un suelo olvidado
quien pudiera devolverla a la cumbre
si en su falda va prendido el ocaso.
Ella reclama en silencio por su silencio
ella se arrima y bebe despacio
de las aguas que otros hirieron
a su paso y dejando al costado.
Nadie la ha visto pasar aquel día
una mujer yace esculpida
en su suelo olvidado
Entre las mantas de la sabiduría
un hombre teje en color sepia
los recuerdos y un néctar cristalino
siempre hubo lugar hacia la cumbre
sus buenas costumbres
y un único dios.
Entre las mantas de la sabiduría
un hombre en silencio va de bueyes
a la sombra de un árbol que yace
en su labor más divina
la tierra y sus pies.
Sien , que atrapas la memoria
contando las gotas que un día quisieron
penetrar en los cuerpos y las mentes de aquellos
que con almas distantes escondían su roca.
Va con ellos un canto y la tácita idea
la discordia , desazón
y aquel lirio en el templo
aludiendo a la paz que no encuentran aquellos mortales
alusiva toda obra del hombre para el único hombre
Segunda parte
Y en el entrecejo de las cuestiones
una mujer habita un suelo olvidado
quien pudiera devolverla a la cumbre
si en su falda va prendido el ocaso.
Ella reclama en silencio por su silencio
ella se arrima y bebe despacio
de las aguas que otros hirieron
a su paso y dejando al costado.
Nadie la ha visto pasar aquel día
una mujer yace esculpida
en su suelo olvidado
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